domingo, 2 de septiembre de 2018


EN UNA NOCHE DE ESTRELLAS.


En una noche de estrellas, pasada la hora de los hechizos y brujerías
busco en el cielo figuras como cuando niño
dialogando solo con la amargura de mi mate
se clavan en mi pecho recuerdos de los siete exploradores
que buscaban incansablemente la hora
donde desapareciera del cemento el souvenir que durante el día nos dejo el sol
para poder así descansar bajo relajantes espejismos de luna.

En una noche de estrellas, donde el silencio solo se rompe
con el chillido que lanza al espacio un búho de campanario
observo el haz de luz de una farola que busca cortar con la oscuridad de la calle
y recuerdo cuando niño los cinco soldados peleábamos contra el aburrimiento
buscando cascarudos bajo ese haz de luz para armar clubes de lucha
o carreras clandestinas en las cuales lo único que se apostaba
era el ingenio para que el insecto llegara antes a la meta.

En una noche de estrellas, donde el placer de no tener que madrugar
me remonta a mis jóvenes Eneros
donde montado en mi corcel de dos ruedas
participe de una caballería de púberes jinetes
cabalgábamos el tiempo jugando a las escondidas
en puntos estratégicos de mi Ataliva natal .

En una noche de estrellas, donde la fría soledad
me obliga a buscar en mi cajón de reseñas,
los artilugios utilizados en mi adolescencia; veo
el holograma de una foto sepia con sus bordes casi borrados
en la cual me encuentro con viejos amigos
bajo la custodia del mástil de la plaza con una sonrisa
simple, instantánea esa que te roban los buenos momentos.



                                                                                                          SADE
                                                                                                        2/9/2018

TIAGO JAZMIN DE LUNA