El miedo penetra mi débil carcaza
nuevamente un deseo que me acecha se está por
concretar;
vivir en la ciudad de los adoquines
respirar los mismos aires que en mi juventud
llenaron mis días
estar cerca de mi sangre, caminar por mi
pasado.
Esta vez ganar, significa también perder
dejar de ver a diario tu sonrisa con algunos
dientes de leche
perderme las anécdotas de tus juegos ganados
en el ciberespacio
y compartir aventuras en un bosque imaginario.
El miedo penetra mi débil carcasa
eso que vengo buscando desde hace años,
insinúa una posible concreción
la perla puede verse entre los labios de la
ostra
pero mi felicidad no es completa
se lo que voy a dejar, como también se de las
cosas que voy a perder
tus abrazos con un te quiero papá, que me hace
más fuerte
la mirada picarona buscando aprobación
y las lecturas nocturnas con cuentos de
Constancio Vigil.
Tomar el retorno que se empieza a ver en este
camino,
por el
cual vengo circulando hace casi una veintena de años
varios retornos deje pasar por miedo a cambiar
este es mi momento; girar y volver donde todo
comenzó
lamento que seas vos la otra mitad a la que le
toque sufrir la distancia
pero apuesto mis últimas fichas a que el
tiempo me dará la razón.
Sade
28/8/2019